Los asientos de inodoro de frente abierto se instalan casi exclusivamente en inodoros de baños públicos o espacios comerciales. Pero nunca fueron la norma en los hogares privados, donde los asientos cerrados (en forma de O) eran la norma.

Algunos de los argumentos más comunes en las redes sociales se relacionan con la higiene; por ejemplo, los asientos con apertura frontal reducen las posibilidades de que las partes más sensibles del cuerpo del usuario entren en contacto con el inodoro, y también reducen las posibilidades de orina salpicando o goteando en el área. Otros argumentan que se trata más de comodidad y afirman que los baños públicos más espaciosos suelen ser lo suficientemente grandes como para acomodar asientos más ergonómicos, que pueden ser "más flexibles" o acomodar a más tipos de usuarios que los asientos en baños privados más pequeños que se usan con menos frecuencia. Algunos también creen que debido a que los asientos que se abren hacia adelante tienen menos superficie, son más rentables de producir, limpiar o mantener.

Pero la que tiene más sentido es la explicación oficial proporcionada por la Asociación Internacional de Funcionarios de Plomería y Mecánica (IAPMO). Los asientos delanteros abiertos reducen la posibilidad de que los gérmenes se propaguen entre las personas.